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Mini reportaje - Tren a ninguna parte (haz click en cualquier foto para ampliarla)

 

Cientos de pinos talados -alguno de ellos con más de 100 años- y un barrizal con peligrosos desprendimientos son las consecuencias visibles de la paralización desde el 2010 del proyecto sobre el tren que debía unir las localidades de Móstoles y Navalcarnero.

 

Fue una promesa electoral de Esperanza Aguirre en 2003.

 

Las obras, que tenían un presupuesto de 362 millones de euros para un trazado de 14,6 kilómetros y siete estaciones (cuatro soterradas), comenzaron en 2008 con la colocación de la primera piedra y debía ser finalizada en 2010. Se calcula que la empresa OHL había invertido ya 120 millones de euros cuando decidió pararla.

 

El problema es que OHL (constructora que pertenece a Juan Miguel Villar Mir), comenzó las obras, tiene una tuneladora parada y ha dejado una zanja de barro en los límites del parque natural del Guadarrama que atraviesa el término municipal de Navalcarnero.

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